En 2010 Slipknot recibió un golpe muy fuerte, su bajista -Paul Gray- murió por una sobredosis accidental. Como consecuencia, la banda entró en una crisis profunda de la que todavía se están reponiendo porque para ellos no sólo habían perdido a un compañero de trabajo si no a un gran amigo.
La investigación por la muerte de Gray todavía continúa y hace poco se dio a conocer que el médico del bajista –Daniel Baldi- deberá ir a juicio acusado de homicidio culposo por la muerte del músico y otras siete personas. El médico les recetó, en todos los casos, una gran cantidad de calmantes que podrían haber causado la muerte.
Baldi trabajaba en una clínica en Iowa, pero hace poco tiempo las autoridades locales decidieron cerrarla sin explicación. Además, el colegio médico de ese estado estudia la posibilidad de suspenderle su licencia médica. Si lo encuentran culpable por la muerte de sus ocho pacientes, podría terminar preso por dieciséis años.
La mujer de Gray estaba embarazada cuando falleció el bajista. El año pasado, en una charla con la prensa, contó que lo había ayudado a superar su problema con las drogas pero que un poco antes de que muriera se había enterado que había vuelto a consumir. “Un sábado me di cuenta que seguía consumiendo porque encontré algunas cosas en casa. Y falleció al día siguiente, así que no tuve tiempo de hacer nada. Ese sábado le dije que necesitábamos resolver ese problema y él estuvo de acuerdo. Estaba preparándose para salir de gira y me dijo ‘Voy a buscar ayuda cuando vuelva’. Pero le contesté que no lo hiciera. Llamé a su manager para pedirle que cancelara todo, pero creo que ya era demasiado tarde”.
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